Enseña a tu lechuza el proceso paso a paso de cómo usas el baño. Habla acerca de tu proceso con el mayor grado de detalle posible. Ayuda a tu lechuza a entender las señales que le da su cuerpo cuando llega la necesidad. Dile que esto lo ayudará a comenzar a aprender a ir al baño como un niño grande.
Cuando comiences con el entrenamiento para ir al baño, asegúrate de vestir a tu hijo con ropa cómoda que sea fácil de quitar y poner. Esto ayudará a tu pequeño a llegar al baño a tiempo cuando esté listo, especialmente si va corriendo al baño en el último minuto. Guarda los mamelucos, las pantimedias, los vestidos de princesa o los trajes de neopreno para otro momento.
Palabras para el entrenamiento:
- “Pongo mi pipí y mi popó en el inodoro. Después de ir al baño, me limpié con papel higiénico para mantenerme limpio”.
- “Así se descarga el agua. Bajo esta palanca. Cuando lo hago, el inodoro se llena de agua y se lleva todo lo que puse adentro a un lugar especial. ¿Ves cómo el agua se arremolina y luego baja? La próxima vez puedes ayudarme a descargar el agua. Y cada vez que vengas al baño la descargarás tú mismo. Así es como todos vamos al baño.”
Una vez que hayas identificado los elementos del baño, habla con tu lechuza para ayudarla a procesar toda la información nueva y para que te cuente lo que ha aprendido. Pregúntale si hay algo más que desea saber. A continuación, haz que le enseñe a alguien más, como a otro padre, a un amigo o a otro adulto, todo lo que aprendió sobre el baño. Hazla sentir que es el experta y tu lechuza se comportará como tal.
Usa las Tarjetas de Imágenes Secuenciales para el Momento del Ir al Baño “¿Qué hacemos primero? ¿Y luego?” Pon las cartas juntas para crear un proceso paso a paso del momento de ir al baño.
Si tienes un orinalito, invita a tu hijo a sentarse junto a ti y a hacer lo mismo que tú. ¡Esto ayudará a tu lechuza a sentir que es parte del proceso y que lo está hacerlo bien!’ Ayúdale a enumerar los pasos, pero sé amable y recuerda no presionarlo demasiado.
Cuando estés en el baño con tu lechuza, no te apresures a descargar el agua. Es posible que tu hijo quiera analizar lo que hiciste. Permítele hacerlo y haba sobre los atributos, como el color, el tamaño, el volumen y el olor. A veces, las lechuzas pueden obsesionarse con la idea de la ‘caca’, así que esto las ayudará a aprender que el pipí y el popó son una parte natural de la vida.
Crea una experiencia interactiva para tu lechuza. Señala algo en el baño y pregúntale: “¿Qué es esto? ¿Para qué se usa?” La respuesta de tu hijo dependerá de su capacidad para expresarse verbalmente en este punto de su desarrollo. Contesten las preguntas juntos, modelando el lenguaje que deseas que use, y aprovecha esta oportunidad para conectarte con tu hijo. El entrenamiento para ir al baño es una gran manera de construir la relación con tu lechuza: le demuestra que puede depender de ti para que lo ayudes a entender el mundo, con todas sus locuras.
“Parte de ir al baño es saber cómo se siente tu cuerpo cuando tienes que ir. Sé que tengo que ir al baño cuando mi barriga se siente dura y pesada. Tengo que apretar mi barriga desde adentro para que el pipí o el popó no salgan hasta llegar al baño. ¿Alguna vez has sentido que tu pipí o tu popó están por salir? Puedes poner una mano sobre tu barriga para darte cuenta. ¿Qué sentiste? Una vez que me siento en el inodoro, puedo soltar mi barriga y dejar que salga. ¡Ah! ¡Esto hace que mi pipí o popó caigan justo en el inodoro! Cuando creas que tienes ganas de ir, dímelo para que pueda ayudarte a intentarlo. Lo estás haciendo muy bien. Es genial que estés aprendiendo todas estas cosas de niño grande.’