“¡No! ¡No! ¡No!” Tu adorable hijo ahora está enojado y grita, y sus ojos se fijan con fuerza en cualquier persona o cosa, excepto tú. No quiere . . . completa el espacio en blanco. Y tienes la sensación de que está plenamente consciente de que parece estar a cargo en este momento. Rabietas: ¿qué deben hacer los amorosos padres?
Cuándo comienzan las rabietas
Cuando un niño se enoja repentinamente, a menudo los padres quedan desconcertados. Esta puede ser una fase muy difícil de manejar para los padres, tanto que algunos se vuelven extremadamente temerosos de andar con su hijo en público. “¿Tendrá otro ataque de gritos, patadas y llantos en el suelo?”.
Aunque los padres más fuertes sienten compasión por los padres del niño que está haciendo un escándalo, la mayoría de los padres —si no todos— tienen miedo de que en algún momento su hijo haga un gran alboroto en público.
Las rabietas dejan desconcertados incluso a los mejores padres en cuanto a si esto es normal. ¿Estoy haciendo algo mal? Y todos los padres o madres parecen preguntarse cuándo terminará este comportamiento.Las rabietas de los niños pequeños son una fase de desarrollo
¿Recuerdas cuando, hace unos meses, tu dulce pequeño estaba limitado en su capacidad de comunicarnos sus necesidades y deseos mientras nos encargábamos de satisfacer cada uno de ellos? Como padres, trabajaron duro para prever lo que su hijo podría necesitar a continuación. Su hijo o hija aprendió “mi mamá o papá puede hacerlo”.
Y nuestros hijos descansan con esa tranquilidad y, a veces, la ponen a prueba. Esto era esperable y apropiado en ese momento, porque nuestros bebés dependían totalmente de nosotros para satisfacer todas sus necesidades. Pero ¿qué pasa ahora?
Alrededor del primer año de edad, los bebés comienzan a desarrollar un sentido de independencia y elección; por ejemplo, a veces, rechazan un juguete predilecto o una nueva comida. Y a medida que nuestros hijos pasan a la fase de niño pequeño, aún más cosas comienzan a cambiar. Por ejemplo, empezamos a esperar que nuestros hijos comiencen a cumplir nuestros deseos, en lugar de que sea al revés.
Algunos niños pequeños tienen más dificultades que otros para hacer este ajuste. Es posible que tu hijo realmente te ponga a prueba con una rabieta tras otra. El manejo de las rabietas comienza con el reconocimiento de que tu hijo se siente ignorado, tiene dificultades para transmitir una necesidad insatisfecha, como una siesta larga, por ejemplo, o solo hambre, y quiere tu atención. Está dispuesto a usar tanto su voz como su cuerpo: ¡AHORA!Cómo manejar las rabietas
Probablemente, tu pediatra te dijo que las rabietas son una fase de desarrollo que a menudo comienza alrededor del primer cumpleaños del bebé y que deberían resolverse en cuanto a su frecuencia e intensidad antes del tercer cumpleaños del bebé. Y, por supuesto, hay ocasiones en las que nunca se debe ignorar una rabieta, por ejemplo, si tu hijo está en riesgo. Algunos niños también pueden volverse físicamente agresivos durante las rabietas y patear o morder. Pueden gritar sin parar, sin importar dónde estén. Si tu hijo se pone demasiado agresivo, detenlo inmediatamente y hazle saber que este comportamiento no es aceptable.
Hay pocos padres, si es que los hay, que no han sido puestos a prueba por una rabieta intensa. En estos casos, lo importante es la seguridad del niño, su bienestar, y el regreso a un estado más tranquilo y controlado. Estas son algunas cosas que puedes hacer para comenzar ese viaje de regreso de tu niño dulce y para aprender a detener las rabietas.
- ¡Hay que ser comprensivo! Tu hijo no tiene el mismo nivel de control sobre su cuerpo y sus emociones que un hermano, un primo o un amigo mayor. Recuérdale que, a medida que crece, debe usar sus comportamientos de niño grande, que implican ser amable, agradable y servicial.
- Mantén la calma. Cuando tu hijo tiene una rabieta, perder la paciencia no ayudará. Puede ser que tu hijo esté tratando de llamar tu atención o quizás simplemente tenga hambre o esté demasiado cansado. Verifica tu horario. ¿Has incorporado suficientes descansos en el día de tu hijo? ¿Podría tener hambre? ¿Está cansado? ¿Necesita cambiar sus calzoncitos entrenadores?
- Mantente firme. Mantén la paciencia, la calma y el control. Si no lo haces, le enseñas a tu hijo que sus malos comportamientos pueden convertirse en una herramienta para obtener lo que desee. Mantente firme en tus respuestas: Que tu sí sea sí y que tu no sea no. Esto crea confianza y respeto, incluso aunque tu hijo no esté satisfecho con tu respuesta.
- Comunícate con tu hijo durante la rabieta para ayudarlo a salir de ella. Utiliza preguntas que pueda responder sobre elecciones, como: “¿Deseas un bocadillo o pasar un momento tranquilo?”. “¿Te gustaría ponerte este suéter si tienes frío?”. “Vamos al automóvil para hablar de esto juntos”.
- Cambia la conversación. ¿Estás listo para ayudar a tu hijo a aprender a apreciar las palabras de afirmación y reconocimiento? En lugar de esperar para regañar a tu pequeño por un mal comportamiento, atrápalo haciendo algo bueno y llénalo de elogios.
- Por último, sé paciente. No esperes que las rabietas de tu pequeño se resuelvan rápidamente. A medida que un niño crece, desarrolla más formas de comunicarnos sus sentimientos y necesidades, para que podamos abordarlos y apoyarlos. Si eres constante, creas un ambiente de confianza en el cuidado que brindas, con amor y apoyo constantes.
Prevenir es mejor que curar
Por LaShea Haynes MEd, MSN, APRN, AGCNS-BC, RNC, C-EFM
LaShea Haynes, MEd, MSN, APRN, AGCNS-BC, RNC, C-EFM es editora de la revista Healthy Mom&Baby. Su carrera de enfermería abarca 26 años, y es fundadora y propietaria de su propia empresa de capacitación y educación de enfermeros. La información de este artículo fue preparada por expertos en cuidado de la Association of Women's Health, Obstetric, & Neonatal Nurses (AWHONN, Asociación de Enfermeros Neonatales, Obstétricos y de Salud de la Mujer). El contenido no debe sustituir el asesoramiento de tu médico personal. Consulta a tu médico para obtener recomendaciones, diagnósticos o tratamientos. Para obtener más consejos de los enfermeros de AWHONN, visita Healthy Mom&Baby en health4mom.org.